Automatización y fabricación avanzada: invertir hoy o quedarse atrás

En un entorno global cada vez más competitivo y digitalizado, la automatización y la fabricación avanzada se han convertido en piezas clave para el crecimiento sostenible de las empresas mexicanas.

 

Adoptar estas tecnologías no solo permite competir en mercados internacionales más exigentes, sino también atraer inversión de alto valor.

 

México cuenta con una sólida vocación manufacturera. Este sector, uno de los más relevantes para la economía nacional, se ve especialmente beneficiado al incorporar herramientas tecnológicas que aumentan la productividad, reducen costos y optimizan cada etapa de la cadena productiva.

 

La automatización industrial consiste en utilizar tecnologías como robots, sensores, inteligencia artificial (IA) y sistemas de control computarizados para ejecutar tareas repetitivas o complejas, reduciendo errores humanos y riesgos laborales.

 

Por su parte, la fabricación avanzada amplía este concepto al integrar procesos de impresión 3D, realidad aumentada, Internet de las Cosas (IoT) y análisis de datos en tiempo real. El objetivo: hacer más eficientes, seguras y flexibles las operaciones industriales.

 

Según la firma de consultoría McKinsey, más del 60% de las actividades laborales a nivel global podrían ser automatizadas, al menos parcialmente, con las tecnologías actuales.

 

Estas herramientas permiten producir más con menos, garantizar calidad estandarizada y responder rápidamente a cambios en la demanda, interrupciones en la cadena de suministro o nuevas condiciones sanitarias. En un contexto global donde se compite con países como China, Alemania o Estados Unidos, la eficiencia y adaptabilidad son claves.

 

En México, la industria manufacturera, que representa más del 80% de las exportaciones nacionales, es el principal motor de esta transformación. Sectores como el automotriz, aeroespacial, agroindustrial, electrónico y de empacado lideran la demanda de soluciones de automatización.

 

De hecho, el sector automotriz, que genera más del 31% de las ventas manufactureras del país, vive una expansión sin precedentes gracias a la demanda de vehículos eléctricos y nuevas plantas productivas. La Federación Internacional de Robótica reporta que el 69% del mercado de robots en México corresponde a esta industria.

 

El nearshoring y la urgencia de modernizar

 

El auge del nearshoring ha posicionado a México como un destino clave para la relocalización de empresas que buscan operar cerca del mercado norteamericano. Sin embargo, para consolidar esta ventaja, es imprescindible apostar por la manufactura avanzada.

 

El desafío es que la automatización aún no es equitativa. Mientras grandes empresas ya implementan fábricas inteligentes, muchas pequeñas y medianas empresas (pymes) enfrentan barreras como falta de financiamiento, desconocimiento o carencia de personal capacitado.

 

De acuerdo con la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (CONCAMIN), solo una de cada diez pymes manufactureras mexicanas ha invertido en tecnologías de automatización.

 

Entre los retos destacan la inversión inicial, la necesidad de capacitar al personal, así como temas de ciberseguridad. Aun así, el potencial de México es enorme: cuenta con talento joven, ubicación estratégica y una red de tratados comerciales que favorece la adopción tecnológica.

 

Pero se requiere una sinergia entre el sector privado, el gobierno, la academia y las organizaciones industriales para acelerar esta transición.

 

Beneficios tangibles y medibles

 

Los beneficios de la automatización van más allá de la eficiencia. Estudios del World Economic Forum y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) muestran que las empresas que adoptan tecnologías avanzadas pueden aumentar su productividad entre 15% y 30% en los primeros cinco años.

 

Además, se estima que por cada peso invertido, se pueden generar hasta 1.8 pesos adicionales en valor agregado.

 

Especialistas como PwC recomiendan destinar entre 3% y 5% de los ingresos anuales a procesos de digitalización y automatización. En el caso de las pymes manufactureras mexicanas, esto puede traducirse en inversiones que van desde 500 mil hasta 2 millones de pesos anuales, según el sector y el nivel de tecnología deseado.

 

Automatizar también significa mejorar las condiciones laborales: al eliminar tareas repetitivas o riesgosas, se fomenta una plantilla enfocada en supervisión, análisis y diseño, lo que contribuye a elevar los salarios y profesionalizar la fuerza de trabajo.

 

Contrario a la creencia de que la automatización elimina empleos, en México está emergiendo un modelo donde la tecnología se integra al desarrollo social y la sostenibilidad. El objetivo no es sustituir personas, sino empoderarlas con herramientas que aumenten su valor en el mercado laboral.

 

Según el último Índice de Desarrollo Industrial de FINSA, los estados más avanzados en esta transición son: Ciudad de México, Querétaro, Jalisco, Nuevo León y Aguascalientes.

 

Invertir en automatización y fabricación avanzada no es solo una tendencia, sino una decisión estratégica para asegurar el futuro económico y laboral de México. Si el país quiere seguir siendo una potencia exportadora y garantizar empleos de calidad, el momento de actuar es ahora.

 

¿Quieres invertir en automatización? En Financiera Cualli tenemos opciones de financiamiento a tu medida para ayudarte a dar el siguiente paso. ¡Contáctanos!

 

#AcelerandoOportunidades

De Nuestro Blog