Las transacciones electrónicas ya son una realidad en nuestro país, por lo que cada día más empresas se deciden a usarlas debido a los múltiples beneficios que eso les genera.
La firma electrónica fue el primer paso, pero el 26 de marzo de 2024, los títulos de crédito electrónicos, mejor conocidos como pagarés electrónicos también ya fueron avalados por la legislación mexicana.
De esta manera, dichas figuras se encuentran reguladas bajo la Ley de Firma Electrónica Avanzada y la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito.
Con este marco legal, se brinda a los ciudadanos, empresas y entidades gubernamentales la certeza de que las transacciones realizadas electrónicamente son válidas y seguras, pues además se incluye la protección de datos personales y la privacidad de los usuarios.
La firma electrónica
El sector gubernamental fue el primero en dar el gran salto a la firma electrónica. Desde 2005 se empezó a utilizar la e.firma en el Servicio de Administración Tributaria (SAT) como un requisito obligatorio para generar comprobantes fiscales, presentar declaraciones anuales, firmar documentos, así como realizar diversos trámites.
Tan sólo en 2023, la autoridad tributaria reportó que se generaron 5 millones 960 mil 246 firmas electrónicas, de la cuales 3 millones 308 mil 279 corresponde a trámites de primera vez.
En el sector privado el mayor empuje de la firma electrónica se tuvo durante la pandemia debido al confinamiento y, de acuerdo con un estudio de la empresa DocuSign para Latinoamérica, las industrias que más la emplean en México son las de finanzas, turismo, educación, bienes raíces, comercio y salud.
Uno de los principales retos fue lograr la confianza por parte de sus usuarios. Sin embargo, la firma electrónica es más segura que una firma autógrafa, porque esta última se pueden falsificar fácilmente, mientras que una firma electrónica posee un registro de datos que no permite su modificación una vez emitida.
Además, cuenta con un registro que sigue la huella digital de la firma, es decir, que se puede monitorear cuándo y dónde se abrió, leyó o firmó un documento.
En México, la Firma Electrónica Simple y la Firma Electrónica Avanzada son las más utilizadas.
La primera sustituye a la firma autógrafa y está regulada en el artículo 89 del Código de Comercio. Es una excelente herramienta de trabajo con la que se puede complementar y concretar trámites electrónicos a través de una tableta, lector de huellas digitales, un smartphone o demás dispositivos.
La Firma Electrónica Avanzada debe cumplir con mayores requisitos para su autentificación; su emisión y validación es sólo por parte de una autoridad certificadora, que en el caso de nuestro país son: las Secretarías de la Función Pública y Economía, así como el Servicio de Administración Tributaria.
Para realizar las transacciones es necesario contar con un certificado digital generado y asociado a la toma de datos biométricos. Este consiste en un archivo de clave pública .cer y un archivo de clave privada .key además de la contraseña. Con este mecanismo se garantiza la autoría e integridad del documento y que dicha firma corresponde exclusivamente a los firmantes.
Pagarés electrónicos
El pasado 26 de marzo de 2024, el Gobierno publicó una reforma a la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito (LGTOC), la cual reconoce la validez oficial de los títulos de crédito electrónicos.
Con ello, los denominados pagarés electrónicos emitidos en medios electrónicos, ópticos o por cualquier otra tecnología, no serán desconocidos en efectos jurídicos, ni exigibilidad de los derechos, teniendo la misma validez que un pagaré tradicional.
Para los especialistas, esta reforma se trata de un triunfo para el sector financiero mexicano, ya que facilita y protege las transacciones que se realizan entre empresas o personas, adaptándose a las nuevas necesidades.
Un pagaré electrónico contiene una promesa incondicional de pago de una suma determinada de dinero en un plazo fijado, además de ser un instrumento de crédito que se utiliza para financiar actividades comerciales, industriales o personales.
Esto le da más confianza a usuarios de financieras como Cualli, que con más de 17 años de experiencia otorga créditos a empresas que buscan llevar su negocio a otro nivel.
Beneficios para las empresas
Para lograr que más negocios empresas puedan beneficiarse de las ventajas que ofrecen las transacciones electrónicas, es fundamental asegurar la capacitación y el acceso a la tecnología.
Además, se requiere una coordinación estrecha entre los diferentes actores involucrados, incluyendo gobierno, sector privado y la sociedad civil, para garantizar una implementación exitosa.
La denominada e.firma ya es una obligación para todas las empresas mexicanas, pues es un requisito ante el SAT, sin embargo, la Firma Electrónica Simple representa el primer paso para la transformación digital.
Su implementación representa una herramienta poderosa para impulsar la productividad y facilitar el crecimiento de una pyme, debido a las siguientes razones:
Reduce costos operativos. Elimina la necesidad de imprimir, firmar físicamente y escanear documentos, lo que se traduce en ahorros significativos en papel, tinta, almacenamiento físico y otros recursos asociados. Según un estudio de la consultora IDC, las empresas que implementan la firma electrónica pueden reducir sus costos operativos relacionados con la documentación en casi el 42 por ciento.
Agiliza procesos. La firma electrónica permite el intercambio instantáneo de documentos, acelerando los procesos de negocios y reduciendo los tiempos de espera. Esto es especialmente beneficioso en actividades como la firma de contratos, la aprobación de documentos financieros y la gestión de recursos humanos. De acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), las empresas que adoptan esta herramienta experimentan una mejora del 65% en la velocidad de procesamiento de documentos.
Mejora en la experiencia del cliente. La capacidad de firmar digitalmente contratos y otros documentos desde cualquier lugar y en cualquier momento mejora la experiencia del cliente al reducir la necesidad de reuniones presenciales y simplificar los trámites administrativos. La encuestadora Deloitte México señala que 82% de los consumidores valoran positivamente la capacidad de firmar documentos de forma electrónica.
Impulsa el cierre de ventas. Al reducir los procesos, pasando de varios días a unas cuantas horas, se aceleran también los pasos para cerrar una venta, incrementando así los ingresos del negocio en casi 20 por ciento.
Acceso a nuevos mercados y oportunidades. La adopción de la firma electrónica puede abrir nuevas oportunidades de negocio al permitir a las pymes participar en cadenas de suministro digitales, colaborar con socios internacionales y acceder a mercados globales de manera más eficiente. Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las empresas que adoptan tecnologías digitales tienen 63% más de probabilidades de exportar sus productos y servicios.
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