En un mundo cada vez más consciente del impacto ambiental y la necesidad urgente de preservar nuestros recursos naturales, la economía circular nace como una alternativa para hacer frente al modelo tradicional de “extraer, fabricar, usar y desechar”.
Este sistema se basa en la premisa de cerrar los ciclos de vida de los productos, materiales y recursos a través de estrategias como la reutilización, el reciclaje y la regeneración, promoviendo el uso responsable de materias primas, la utilización de energías renovables y materiales biodegradables.
Sin embargo, la economía circular no sólo es una respuesta necesaria a los desafíos ambientales globales, sino también una oportunidad estratégica para las empresas en México.
Al adoptar este modelo sostenible, los negocios pueden fortalecer su competitividad, impulsar la innovación y contribuir positivamente al bienestar social y ambiental del país.
Asimismo, la economía circular reduce costos debido a la reutilización, reparación y reelaboración de productos, lo que permite bajar los precios al consumidor y aumentar la posibilidad de compra.
Área de oportunidad
La generación de residuos sólidos urbanos en México creció 42.6% en los últimos 20 años, llegando a 120 mil 128 toneladas diarias, de las cuales 46.4% son residuos orgánicos, aprovechables en compostaje o biodigestión; 31.5% son inorgánicos potencialmente reciclables; y 22% son residuos no aprovechables, según datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
En 2023, el porcentaje de residuos sólidos urbanos reciclados en México era aproximadamente del 17%, mientras que naciones como Países Bajos reciclan casi el 25 por ciento.
Estos datos demuestran que existen áreas de oportunidad en nuestro país que pueden aprovecharse, pues de acuerdo con el último reporte de la organización global The Circularity Gap, adoptar modelos de negocio circulares da a las empresas la opción de entrar a nuevos mercados, atrayendo más consumidores.
Por si fuera poco, la economía circular también tiene un impacto en la creación de empleos, al generar la necesidad de más y nuevos perfiles.
La economía circular en México
De acuerdo con Harvard Business Review, el 52% de las empresas globales ha adaptado su cadena de suministro para incorporarse a un modelo de economía circular.
México no se ha quedado atrás; asociaciones, empresas transnacionales y el Gobierno están llevando a cabo acciones en favor de dirigir sus esfuerzos hacia este modelo.
Por ejemplo, la Asociación Nacional de Industrias del Plástico A.C., en conjunto con otras empresas, firmaron el Acuerdo Nacional para la Nueva Economía del Plástico en México, el cual, en su tercer informe en diciembre de 2022, indica que en el país se logró el 59% de tasa de recuperación de PET.
Asimismo, se tiene el 76% de envases reutilizables, reciclables, compostables o aprovechables, con lo que podrían alcanzar la meta del 100 por ciento para 2030.
Otro caso de éxito es Grupo AlEn, empresa fundada en Monterrey, dedicada a fabricar y comercializar productos de limpieza para el hogar, la cual ha realizado inversiones agroforestales en conjunto con el proyecto Uumbal, quienes producen y procesan aceite de palma y resina de pino certificados. Además de que reconvirtieron suelos ganaderos del sur del país en forestales y agrícolas.
Arca Continental, la segunda embotelladora de The Coca-Cola Company más grande de América Latina, es otro ejemplo. Ellos crearon un humedal en Cihuatlán, Jalisco, capaz de tratar 3 millones de litros por día de agua urbana y devolver a la naturaleza el 100% del agua que utiliza en sus operaciones.
O bien, la papelera Bio Pappel, en la que sus productos son elaborados con materia prima 100% reciclada, con lo cual han salvado más de 15 millones de árboles y reciclado casi 800 toneladas de papel y cartón.
En materia legislativa, México también ha dado pasos importantes. En 2021 entró en vigor la Ley General de Economía Circular y el 28 de febrero de 2023, la Ley de Economía Circular de la Ciudad de México.
¿Y qué falta por hacer?
The Circularity Gap indica que para que la logística circular tenga éxito, se debe cambiar desde cómo se diseñan los productos, su distribución y la manera en la que se hace uso de los mismos.
Esto implica desafíos significativos como infraestructura, materiales y capacitación, por lo que el apoyo del Gobierno, así como la colaboración entre el sector público y privado es fundamental, ya que las empresas deben invertir para aprovechar los beneficios de la economía sostenible.
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