Planificación financiera, la diferencia entre el éxito o la quiebra de una empresa

Las pequeñas y medianas empresas (Pymes) juegan un papel fundamental en la economía del país. De acuerdo con datos del INEGI, éstas generan más del 70% de los empleos y aportan más del 50% del PIB nacional.

Sin embargo, sin una buena planificación financiera, es muy probable que caigan en una falta de liquidez que las lleve a la quiebra en los primeros años.

La Asociación de Emprendedores de México (Asem) revela que 37% de los emprendedores carece de una planificación financiera, 36% simplemente no sabe cómo hacerla y 17% argumenta no tener tiempo para realizarla.

Lo que desconocen es que la mayor dificultad a la que se enfrentan los emprendedores es precisamente a una mala administración, ya sea por desconocimiento, considerarla complicada o costosa.

De hecho, los primeros tres años de vida en un negocio son cruciales, y si en ese periodo no se tienen claras las finanzas y las variantes del mercado, las probabilidades de sobrevivir son pocas. 

Pero esta situación puede responder a que la mayoría de los negocios en México son creados por necesidad. La Encuesta Global de Emprendimiento 2022 de GoDaddy señala que 47% de los emprendedores en el país inicia sus negocios por dos motivos principales: necesidad o deseo de un ingreso extra.

Esto provoca que el objetivo principal sea buscar un retorno casi inmediato de la inversión y disponer del flujo de sus primeras ventas para cubrir gastos personales, pero cuando un proyecto nace por necesidad económica, no existe la paciencia ni la planeación, pues una empresa tarda en volverse rentable al menos de 18 a 24 meses.

El primer paso para evitar la falta de liquidez es realizar una revisión de los flujos de dinero del negocio. Se puede empezar de una forma muy simple. Por un lado, entender cuáles son los ingresos estimados cada día y por el otro, entender qué cuentas hay que pagar y en qué fecha. Saber cuánta ganancia nos deja un negocio puede ayudar a hacer cambios de manera más informada.

Si una empresa logra administrar de forma adecuada estos elementos, tendrá una mayor posibilidad de que perdure su modelo de negocio ante cualquier eventualidad, ya que habrá una visión más clara y global de la realidad financiera y podrás predecir el rendimiento futuro, diseñando nuevos objetivos.

Una planeación financiera exitosa

Toda empresa necesita una planeación financiera corporativa eficiente, no sólo para organizar la economía, conocer los gastos, sino también para identificar áreas de oportunidad o que requieran alguna mejora para lograr las metas planteadas a corto, mediano y largo plazo.

Con esta herramienta financiera se realiza un presupuesto detallado de la empresa, basado en estrategias y considerando todos sus recursos, obligaciones y necesidades de inversión, por ello es fundamental que incluya estos rubros:

  1. Análisis económico-financiero 
  2. Definición de objetivos y metas 
  3. Proyección de venta
  4. Plan de financiamiento
  5. Creación de estrategias
  6. Presupuestos
  7. Comparación de resultados

Uno de los puntos fundamentales dentro de esta planificación es la protección del patrimonio, por lo que se deben de tomar en cuenta los siguientes puntos para no ponerlo en riesgo a la hora de emprender un negocio:

  • Recopilar la mayor información posible de todo proyecto: cuanta mayor sea la información disponible, menor será el riesgo.
  • Capacidad de anticipación basada en el control: captar información con rapidez es vital porque permite poder anticiparse a cualquier cambio tanto interno como externo.
  • Diversificación: jugárselo todo a un sólo proyecto conlleva asumir riesgos que pueden afectar al patrimonio. Es importante diversificar o al menos no dedicar todos los recursos a un nuevo proyecto.
  • Cuidado con las garantías adicionales: la financiación de muchos proyectos, especialmente en las primeras fases de la empresa, puede requerir garantías que no sólo afecten a todo el patrimonio de la empresa, sino también al del empresario.
  • Evaluación continua de los resultados: permite tomar decisiones sobre los proyectos vigentes y futuros.
  • Usar herramientas de control de riesgos: por ejemplo, los seguros de caución, que permiten disminuir riesgos en impagos.

Las proyecciones financieras pueden hacerse tanto a corto como a largo plazo. En el primero de los casos es para un periodo de menos de un año y con ella se busca establecer metas, analizando los activos y pasivos, acelerando las operaciones comerciales, para elaborarla se necesita: 

  • Inventarios
  • Títulos negociables
  • Cuentas por cobrar
  • Cuentas por pagar
  • Gastos
  • Préstamos bancarios a corto plazo

La planeación a largo plazo es para un periodo de al menos dos años en el futuro, aquí el rango de variables e incertidumbre es mayor, por lo que se busca detectar posibles problemas que podrían afectar negativamente el desempeño de la empresa. En este caso se analizan:

  • Pérdidas y ganancias
  • Fuentes de ingreso
  • Costes
  • El balance de situación
  • Activos e inversiones necesarias
  • Pasivos o fuentes de financiación

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Además de dar un orden concreto al negocio, el plan financiero puede ser de gran utilidad en el momento en que se decide buscar nuevas oportunidades de negocio o incluso inversionistas.

De esta manera, una vez que detectadas las necesidades financieras, lo siguiente es hacer un plan alterno que dé solución a la falta de capital, donde se incluyan las posibles fuentes de dinero, inversiones y costos.

En el mundo del emprendimiento y los negocios, una de las etapas cruciales para el éxito de cualquier proyecto es la obtención de financiamiento, pues brinda la oportunidad de adquirir activos, expandir operaciones, mejorar productos o servicios, contratar talento, invertir en tecnología y alcanzar nuevos mercados.

Aquí los emprendedores tienen varias opciones:

La financiación propia: Que puede ser aportada por los propietarios, con recursos generados por la propia empresa y que no han sido repartidos (reservas, amortizaciones y provisiones, es decir, autofinanciación). Aquí también se incluyen las aportaciones de terceros sin exigencias de devolución (por ejemplo, subvenciones).

La financiación ajena: Son fondos prestados por terceros (generalmente bancos u otras entidades financieras de ahorro o inversión como las Sofomes) de forma temporal, con la exigencia de su devolución en fechas concretas y con el pago de una cantidad adicional (interés) en concepto de remuneración.

El fondo de maniobra o capital circulante: Es la parte de la financiación básica (recursos propios + recurso ajenos a largo plazo) de la empresa que sirve para financiar elementos del activo circulante.

Financiera Cualli tiene 15 años de experiencia en promover el crecimiento económico y la creación de oportunidades de negocio, solucionando la liquidez financiera de las empresas. 

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