El comercio internacional es vital para el crecimiento y desarrollo económico de México, ya que permite que las empresas pequeñas, medianas y grandes se incorporen a las cadenas de producción mundial, generando empleos y aportando al PIB nacional.
De esta manera, los sectores de importación y exportación tienen acceso a mejoras de productividad, especialización, eficiencia en la asignación de recursos, innovación, así como transferencia de tecnología y conocimiento.
Sin embargo, para alcanzar estos objetivos y garantizar un comercio internacional justo y competitivo son necesarios dos elementos: la facilitación y el financiamiento.
En el primer caso, el Gobierno debe enfocarse en acciones que permitan reducir el tiempo para realizar transacciones comerciales, simplificando y armonizando procedimientos y flujos de información.
El informe de Facilitación Comercial de 2022 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) indica que México ha tenido grandes avances en esta materia, pero aún hay oportunidades para mejorar y aumentar el comercio bilateral, así como disminuir los costos asociados.
Se establece que las reformas con mayor beneficio serían en áreas como la disponibilidad de información, las decisiones anticipadas, las tarifas y cargos, la automatización, mejoras en la operación de las líneas directas de aduanas para agilizar los procedimientos, entre otras cosas.
De acuerdo con este informe, los obstáculos no arancelarios y otras medidas restrictivas afectan la capacidad de importar y exportar, aumentando los costos de producción y reduciendo la capacidad de competir de las empresas.
El Banco de México reportan que en enero de 2023, el valor de las exportaciones de mercancías en nuestro país alcanzó los 42 mil 591 millones de dólares, lo que representó una expansión anual de 25.6%; en tanto, el valor de las importaciones en el mismo periodo fue de 46 mil 716 millones de dólares, monto que implicó un aumento anual de 16.3 por ciento.
En cuanto a las exportaciones, el sector con mayor crecimiento fue el de las manufactureras, principalmente de productos automotrices (64.9%), de equipos y aparatos eléctricos y electrónicos (21.1%), de equipo profesional y científico (18.2%), y de maquinaria especial para industrias diversas (17.2%).
Para el caso de las importaciones, destaca el de bienes intermediarios, tales como materias primas o combustibles, aunque los bienes de consumo fueron los que presentaron un mayor incremento anual con 30.2 por ciento.
Financiamiento, la piedra angular para el comercio exterior
El financiamiento es uno de los factores clave para que las empresas tengan el capital y respaldo económico necesarios para ser competitivas en el mercado de las importaciones y exportaciones, ya que contribuye a hacer más sólida la estructura productiva.
De acuerdo con la Organización Mundial de Comercio, 90% del intercambio internacional depende de algún tipo de financiamiento o seguro de crédito.
“Las empresas que participan en el comercio exterior necesitan, hoy más que nunca, financiar sus operaciones. No sólo para que vuelvan a crecer, sino también para hacerlas más resilientes y sostenibles, y llevarlas hacia una mayor inserción en cadenas regionales y globales de valor”, asegura dicha organización.
Los exportadores necesitan financiamiento para abastecerse, procesar, almacenar, distribuir y vender sus productos. En tanto, los importadores hacen uso de los créditos para solventar sus compras de materias primas, bienes intermedios y de capital, entre otros.
Ambos actores requieren de la intermediación financiera debido a que la mayoría de las operaciones se pagan a plazos, así que los préstamos permiten a las empresas estabilizar su flujo de efectivo y tener una herramienta de negociación con clientes y proveedores.
Estudios muestran que con el financiamiento, los gastos de operación de las empresas tienden a reducirse, ya que reciben supervisión y asesoramiento para identificar algunas de sus fallas y se les ayuda a encontrar las mejores soluciones.
En México existe un conjunto de instrumentos financieros como préstamos, garantías de pago y seguros con la finalidad de incentivar a las empresas nacionales para que ofrezcan sus productos y servicios en el extranjero o puedan importar insumos.
Sin embargo, existe una disparidad en el otorgamiento de estos recursos por parte de las instituciones bancarias, ya que las pequeñas y medianas empresas (pymes) enfrentan varios obstáculos para acceder a un crédito.
El Banco Interamericano de Desarrollo reporta que 40% de las intermediaciones financieras rechazadas por los bancos son, precisamente, de pymes, lo que les impide aprovechar los beneficios del comercio exterior, así como integrarse a las cadenas globales de valor, descritas anteriormente.
Es por ello que otras opciones de financiamiento, como las Sofomes (Sociedades Financieras de Objeto Múltiple), se han convertido en la principal solución para que pequeñas y medianas empresas accedan a créditos, lo que les permite tener liquidez de manera oportuna para crecer su productividad y ventas.
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